En noches cálidas, en baños largos,
bajo la luz del atardecer.
En una primavera joven, con paso
acelerado hasta la autodestrucción.
Entre violetas, malvas y naranjas.
Con dos o tres copas de más.
Entre tantas personas que pasan y se van...
Entre tantas personas que pasan y se van...
Tal vez, te quise.
Que llenaste hasta mi último límite de ganas.
Que llenaste hasta mi último límite de ganas.
Y casi me quedo sin capacidad para ver
la realidad,
entre tanta mirada inocente y risa
desafortunada.
Por eso, tal vez te quise.
Que lo absurdo me abofeteó la ilusión.
Por eso, tal vez te quise.
Que lo absurdo me abofeteó la ilusión.
Y que todo eso, de dejarnos querer, se
echó a perder.
Que hoy, ya no es un ayer. Ni hace dos meses, un mañana.
Que no todo ha cambiado desde que decidiste seguir el guión, de todo eso que te han impuesto, otros besos, otras historias, otra galaxia en medio de nuestro universo.
Pero por esa fragmentación del espacio tiempo, tal vez te quise.
Que hoy, ya no es un ayer. Ni hace dos meses, un mañana.
Que no todo ha cambiado desde que decidiste seguir el guión, de todo eso que te han impuesto, otros besos, otras historias, otra galaxia en medio de nuestro universo.
Pero por esa fragmentación del espacio tiempo, tal vez te quise.
Que tus ganas, tu ilusión, tu
capacidad de llenar el alma hasta el último recoveco,
tus preguntas, tu querer saber... es
algo que no he encontrado,
sin buscarlo,
como todas esas cosas que merecen la
pena,
entre mil sábanas.
Cada noche, con cada nueva incógnita
despejada.
Por eso, tal vez te quise.
Tal vez, no.
No, no te quise.
Tal vez, no.
No, no te quise.
No hay comentarios:
Publicar un comentario